Nunca fue fácil seguir tus pasos al ritmo y sin descansos. Eras agotador y disfrutabas al comprobar cuántos metros me había quedado atrás. Entonces parabas y encendías un cigarrillo y mientras yo llegaba, tú hacías aros de humo sonriendo con malicia, como un niño malcriado. Y como tal, cuando llegaba a tu altura, sin mirarme, reiniciabas tu maratón particular a ninguna parte. Porque la triste realidad es que nunca llegaste a ningún destino. Hasta hoy, que aquí estás entre cuatro velas, sin flores, y dentro de una caja de pino con el doble del ancho de tu cuerpo. No sé para qué. Pero ahí estás; bien vestido y perfumado; sin más compañía que mi silencio acusador y mis resecos ojos. Sola, porque nunca quisiste tener hijos; decías que éste no era mundo para criar niños sanos. Niños -decías- que al hacerse mayores te mandarían a un asilo y a mi me utilizarían de criada en nuestra propia casa. Como si no lo hubiese sido siempre. No tenemos vecinos ni amigos. Tú decías que los vecinos sólo sirven para perderte las herramientas y los amigos sólo te recuerdan cuando se les acaba el dinero y vienen a beberse tu vino y comerse mis asados. Tampoco tenemos compañeros de trabajo. Siempre trabajamos nuestras tierras y decías que con nuestras manos nos bastaban. Lo tenías todo calculado; medido; pensado... hasta dejaste cavada la fosa y la caja dentro aguardando los cuerpos. Y por eso te odio más que antes; porque ahora comprendo para qué tanta anchura. Ahí te imagino esperándome fumando tu postrer cigarrillo haciendo aros de humo. Échate a un lado que me tumbaré a tu lado.
Cuando alguien venga por aquí y nos vea dirá: «¡cuánto se querían!»...
Ay, si los muertos hablaran.
Ay, si los muertos hablaran.
(MariluzGH)
Amiga, tremendo relato... Despiadado relato...
ResponderEliminarPero es cierto, la vida, si no es compartida, no es vida...
Un abrazo fuerte
Es triste llegar a un final tan drástico ¿verdad?
EliminarFuerte para ti, poeta de la imagen
Si los muertos hablaran, éste diría que le has matado tú, y que no te vas a tumbar a su lado. Y en cuanto puedas, te vas a la calle, a celebrar tu libertad.
ResponderEliminarAbrazos.
Hubiese estado bien darle un guiso con matarratas ;) y otro a ella por no hacer lo que dices :)
EliminarAbrazos
Un relato fantástico Mª Luz, tremendo, tristísimo, por eso ¿y si cambiamos el final? esta mujer se merece otro final, total él ya está donde queria estar...
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Tu crees que merece otro final? A ver si le doy la vuelta en otro ;)
EliminarDos para ti
Fuerte y duro. Un relato que refleja la realidad de convivencias crueles y dependientes hasta el final.
ResponderEliminarPorque la actitud de él no tiene nombre pero ella, aún estando libre, ya no sabe serlo...
La música, amiga, maravillosa.
Cariños varios.
Así es, Lolilla, me sobrecogen las situaciones que derivan en una dependencia tan absorbente.
EliminarLa música había desaparecido del blog cuando cerró la web que daba servicio gratuito; ayer encontré otro lugar y he podido poner las mismas piezas que estaban, con la suerte de que ahora no se corta la canción cuando se hacen comentarios :)
Abrazos para ti
Tremenda realidad de muchas mujeres, ....aún después de su muerte.
ResponderEliminarLa música, maravillosa.
Un abrazo, Mari Luz
A algunas he conocido, aunque no tan al extremo de la protagonista de éste relato, claro.
EliminarLa música ha vuelto a casa :)
Muchos abrazos para ti
Como muchas otras en su misma situación ahora será cuando comience a vivir. Triste, pero no alejado de la realidad de muchas mujeres que viven sufriendo en silencio.
ResponderEliminarun abrazo
Voy a intentar darle otro giro al relato, ya que parece que preferís otro final ;)
EliminarDos abrazos para ti
Mariluz...
ResponderEliminarTriste, muy triste "vivir" en función de otra persona.
La dependencia como arma de destrucción masiva.
Cuantas protagonistas de historias como esta !
Muchos besos.
Qué buen resumen: "la dependencia como arma de destrucción masiva" :(
EliminarMuchos para ti, guapísima
Fantástico tu relato, querida. In crescendo, como quien no quiere la cosa. Me has recordado tanto a Delibes! El final, me había parecido irónico total, pero eo que los demás comentaristas piensan que es tal cual lo describes. Es impresionante y lo peor es que sí hay muchas parejas que viven así. Así que con tu permiso, me quedo con mi rimer lectura; que esta mujer disfrute de su vida y que la espere sentado, perdón tumbado.
ResponderEliminarEnhorabuena Mariñua, me ha encantado.
Isolda, me ha dado escalofrío cuando has dicho que te he recordado a Delibes... ¡¡esos son palabras mayores, niña!!
EliminarEso, que la espere tumbado y a dos metros bajo tierra
Abrazos para ti
Lo malo que seguro que hay casos en que incluso la realidad supera la ficción...Ya te lo han comentado por arriba, esta señora merece otro final.
ResponderEliminarBesos
Pepe Gonce
Es bueno comprobar que os gustan los finales felices :) pero, como tú dices Pepe, la realidad supera la ficción en muchos casos.
EliminarBesos para ti (y cia.)
Cuanta tristeza mi querida mami...y cuanta realidad por desgracia para much@s.
ResponderEliminarDe veras que sí que hay vidas que se escapan y fluyen dentro de círculos de humo.
Un beso, preciosa
Beso para ti querida Bea :) luchemos para no ser de esas vidas que fluyen dentro de aros de humo
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ResponderEliminarQue bueno, Mari Luz. Me encanta el humor con que describes y la historia que nos hace reflexionar acerca de tantas mujeres atrapadas como en las de este magnífico relato. Enhorabuena. Un abrazo.
Gracias, Nines. Me alegra que te guste. Es duro saber que la realidad sí que supera la ficción en muchas situaciones.
EliminarAbrazo para ti
Me da que no,... vamos que... NO. Que esa mujer no dormirá para siempre al lado de ese... Jolín... ¿gusano?.
ResponderEliminarÉse se va a quedar la mar de anchito en su caja preparada.
¡Qué triste relato, bichi, y al final se me escapó la risa!.
¡Qué mala!.
Un millón de besos y abrazos al cuadrado.
Si te hago reír ya tengo la recompensa :)
EliminarTodos ellos al cubo para ti ¡bicho!
CON CUÁNTOS TABÚES A VECES VIVIMOS, VERDAD? Y NOS PERDEMOS MUCHA VIDA.TREMENDO RELATO .ME ENCANTAAAAAA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Así es, amigo poeta... demasiados tabúes; me hace feliz que te guste :)
EliminarTres abrazos para ti enteros
Conozco varios casos de "cuánto se querían", alguno muy próximo. Prefiero los que rompen los lazos, aunque se conviertan en "ay que ver qué mala persona, con lo que él la quiere" :) Ay, si los vivos hablaran... :) Un beso, Mariluz.
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