Hundía la pala con la determinación de quien se sabe fuerte y poderoso.
A un lado el rastrillo –con las garras hacia arriba. El cubo grande, el mediano y el pequeño, cada uno dentro del otro, como las matrioskas rusas, aguardaban su turno.
Él, mientras tanto, continuaba su labor parsimoniosa y ordenadamente. Está satisfecho del trabajo y ordena que cada cual ocupe su lugar determinado: los guardias en la puerta; los vigías a las torres; las mujeres con los calderos de aceite hirviendo, en los pasillos superiores de la muralla; los soldados bien pertrechados, delante y detrás del puente levadizo. Le gustó la obediencia ciega que le mostraba su pueblo. Llamó a su capitán pidiendo un último esfuerzo:
Él, mientras tanto, continuaba su labor parsimoniosa y ordenadamente. Está satisfecho del trabajo y ordena que cada cual ocupe su lugar determinado: los guardias en la puerta; los vigías a las torres; las mujeres con los calderos de aceite hirviendo, en los pasillos superiores de la muralla; los soldados bien pertrechados, delante y detrás del puente levadizo. Le gustó la obediencia ciega que le mostraba su pueblo. Llamó a su capitán pidiendo un último esfuerzo:
- papá ¿me ayudas a traer agua de la orilla para el foso del castillo?...
ME SACASTE UNA SONRISA... MUY BELLO CIERRE, TIERNO.
ResponderEliminarBESOS
Hermoso homenaje a los verdaderos y pequeños/grandes reyes.
ResponderEliminarBesos, muchos
Es gratificante hacer sonreír
ResponderEliminarGracias por vuestra fidelidad :)
Amiga, ese niño dentro de pocos años será Virrey de México... Seguro...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Maravilloso con un final precioso. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy tierno, Mariluz. La arena mojada y las manos de un niño están llamadas a la fantasía.
ResponderEliminarPrecioso y tierno relato Mariluz, la imaginación de los niños siempre acaba sorprendiéndonos. El final genial, hace que brote la sonrisa.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Ahora soy yo quien intenta ponerse al día :)
ResponderEliminarMe ha calado la ternura de tu texto, y es que me encantan los castillos de arena. Algo comprensible si tienes en cuenta mi corta edad :)
Un abrazo tierno.
Siempre estupendas las cosas que nos dejas.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Me has recordado a mi sobrino, es ordenado y constante como el protagonista de tu hermoso relato.
ResponderEliminarSiempre es un gusto leerte o como señala Hiperión, es muy agradable todo lo que escribes... jaja
un abrazo amiga
Un cuento, querida Mariluz, que derrocha ternura, lucidez, y llega dentro a todo el que te lee. En el fondo, es algo que todos hemos vivido.
ResponderEliminarMe encantó.
Un beso y mil abrazos
Leo
Me ha gustado mucho hoy tu relato amiga, me transporto al tiempo en que un pequeño principe que vivio conmigo construia sus hermosos castillos en la arena a la orilla de la mar, y me decia con una alegria infinita, te gusta asi o quieres un castillo mas grande mama, porque tu eres mi reina y yo te quiero complacer, eran tiempos de magia porque mi principe aun vivia en mi castillo, ha sido bello leerte Mariluz, tus relatos tb tienen esa magia que contagia, te dejo u abrazo y bendiciones con amor....luz estrella
ResponderEliminarEsta ya casi sumergida en una historia de batallas de la edad media y de repente me he sonreido viendo a un niño jugar con su padre. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarla inocencia al amparo de la familia, donde encuentra segura toda su fortaleza, hermoso escrito, me trae recuerdos de verano, saludos Mariluz
ResponderEliminarLa única vez que construí un castillo de arena, no pude decirle a mi Padre que me trajese agua. Una ola que no se bien de donde apareció, inundo el foso y las frágiles paredes se desmoronaron.
ResponderEliminarCosas.
Un abrazo
Al final, todo capitán necesita un superior:):)
ResponderEliminarTierno y precioso
Besos
PD: Me voy con la sonrisa puesta:)
¡Genial, genial, genial! ¡Rabiosamente genial! El lector se sabe contemplando un castillo de arena, mas la descripción lo sumerge en una escena medieval para ¡abruptamente! volverlo a poner frente a aquel castillo de arena. ¡Irrepetible genialidad!
ResponderEliminarUn abrazo.
(fenómenos de la buena escritura literaria)
Amigos gracias por el torrente de cariño que me dejáis, con vuestros comentarios.
ResponderEliminarJulio, me mimas en exceso :)
abrazo para todos
Mis sonrisas afloran cuando recuerdo lo que ha sido un verano de playa Mariluz jejejejej y el pan de cáda día jejejeje, palitas, cubos, etc y esas órdenes de los señores del castillo que no se podían eludir. Nostalgia supongo jejejejej
ResponderEliminarMuy bonito
un gran beso de elregalodetupresencia
Que dulce! Que tierno!
ResponderEliminarMagníficamente logrado.
¡Qué bonito relato, Mariluz! me ha sabido a tierno, sobre todo, el final que le has dado.
ResponderEliminarNo sabía yo que estaba tan atrasada en tu blog.
Un besazo bella Mariluz.