“Cambiaré la rutina diaria, el lógico movimiento que me hace una pieza valiosa del engranaje social”, -se dijo mientras dejaba su cara sin rasurar tras la ducha de agua fría. Hoy desayunaré fuera, en alguna cafetería cercana, hay muchas y muy bonitas. Y luego recorreré la ciudad hacia el lado opuesto a mi dirección habitual. Iré hasta el puente colgante y me sentaré a ver los pocos vehículos que circulan en festivo. Y a los corredores que oxigenan sus músculos tras una semana de trabajo y estrés y tensión cerebral. Me sentaré a ver los pelícanos, petrificados, sobre los postes de amarre del río; cronometraré el lapso de tiempo entre olas y parpadeos y graznidos de gaviotas… cualquier cosa que rompa mi monotonía diaria. Hoy será un día diferente a cualquier otro de mi vida. Me iré al puente y comeré marisco y pastel de manzana.
La despertó la voz estridente de la radio dándole los buenos días, cuando ella sabía que era un día más y no tenía nada de especial que lo hiciera “bueno”. Quitó su camisón y lo dobló cuidadosamente, respetando las líneas rectas del rayado vertical que lo asemejaba a un traje de presidiario. Así se sentía ella: presa de una casa que carecía de latidos; prisionera de un cerebro en exceso creativo; encarcelada en una rutina que la asfixiaba. Pensando en su falta de libertad acabó de vestirse y desayunar la diaria tostada con mantequilla y mermelada de naranja amarga.
¿Y si me atreviera a hacer algo diferente?, debería intentarlo al menos. Recorreré la ciudad por calles que nunca transito, miraré a los deportistas y a las gaviotas sobrevolar las farolas y posarse en ellas; las parejas de jóvenes tumbadas en el césped de los jardines, disfrutando el cálido sol. Me acercaré al puente colgante a ver llegar los barcos que vuelven de sus duras batallas con las mareas y los vientos. Estaría bien cambiar la rutina, por una vez, y convertir un tedioso día festivo en uno que realmente se merezca un ¡Buenos días!
Sus pasos curiosos se detuvieron en la barandilla del puente. Cerca de allí, un joven de cara agradable sonreía mirando los pelícanos guardando el equilibrio sobre los amarres. Un golpe de viento barre de su cabeza la pamela que lleva para protegerse del sol. En un intento de alcanzarlo, dobla peligrosamente su cuerpo sobre la barandilla, quedando casi colgada de ella, sujeta por una mano y la cintura por donde se dobla.
El joven, que ha visto sobresaltado el brusco movimiento de la joven que se había acercado al puente solo unos minutos antes, saltó como un gato y aferrándose a las piernas de ella dio un gran tirón para evitar que cayera al vacío, rodando los dos por el suelo. Rojos del esfuerzo se sientan, y ella –avergonzada- pronuncia un leve “gracias” mientras él, totalmente sorprendido de su audacia, la ayuda a incorporarse y le dice, sin apartar los ojos de ella, “ha tenido suerte; es la primera vez que vengo al puente”. “Yo también” –musita ella- y “si no es por usted habría caído al vacío”.
Se despidieron educadamente y ambos decidieron volver a sus casas, rompiendo las intenciones que se marcaron para vulnerar sus respectivas monotonías, conscientes de que lo habían conseguido sobradamente.
. . . . .
Es lunes. El metro va atestado de gente, como todos los días laborables. Ella, camina rápida por el pasillo hasta su sitio habitual. Él, afianza mejor sobre su hombro el portafolios cuando siente un fuerte golpe en la espalda; se gira bruscamente. “Perdone” –dice ella- y él la mira sorprendido.
Sin añadir palabras, se abrazan sonriendo.
Desde luego que consigueron romper las rutinas diarias, el final me dejó sonriendo.
ResponderEliminarUn besote.
Una pequeña pincelada 'romántica' para el nuevo año :) aunque lleve escrito desde este verano.
ResponderEliminarbeso para ti, San :)
El azar es delicioso cuando se pone de parte del amor.
ResponderEliminarQué bonito, Mariluz, qué romántico.
Lo mejor es la moraleja que podemos sacar: cualquier día, puede cambiarnos la suerte.
Un abrazo con sonrisa de oreja a oreja.
UNA HISTORIA MUY DELICIOSA. ALEGRA EL CORAZÓN.
ResponderEliminarBESOS
Ay, qué tendrán los puentes que en ocasiones cambian las vidas.
ResponderEliminarUn beso,
Ricardo
No hay nada casual.
ResponderEliminarPero nunca sabremos qué nos impulsa.
Me encantó la historia.
Ah.. el azar!!El misterio de la vida...Sabes que me encanta tu relato?
ResponderEliminarAbrazos perfumados!!
Y también me gusta esa música que tienes en el blog. Lo hace tremendamente cálido y se está muy bien aqui..
¡Ohhhhh, qué bonito!
ResponderEliminarMe ha encantado, no has podido comenzar de mejor manera el año. Estamos tan faltos de estas cosas, necesitamos tan encarecidamente cambiar la rutina. Qué lejos me pillan los puentes...
Besos
Me ha encantado, Mariluz. Es un relato muy visual. Todos deberíamos romper la rutina de vez en cuando.
ResponderEliminarUn abrazo
Una historia deliciosa.
ResponderEliminarEl azar es mágico cuando nos toca el corazón.
Y sabemos que "Nada es azar".
Por tanto, salgamos a la calle intentando romper la rutina y con el corazón por delante.
¿Quién sabe?...¡Quizás!
Un abrazo grande, Mariluz.
los dos tenian cita del destino a la misma hora y lugar, ese no falla...
ResponderEliminarbonita historia querida Mariluz, saludos amiga
Amor, quizás lo único en lo que se puede perder el tiempo.
ResponderEliminarBlogsaludos
A esa maravilla le llamas tú "una pequeña pincelada romántica" y con el adaggio? En fin, solo puedo decirte que tu historia me ha emocionado y está muy bien escrita. Preciosa.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Mmmmmm ¡¡con lo que a mi me gustan estas historias!! y además mientras suena Candilejas. ... si es que ya lo sabes MARILUZ ¡¡qué le vamos a hacer las románticas empedernidas!! disfrutar de estas cosas que a gente como tú se le ocurren y dejan aquí para que nos relamamos de gusto, graaaaacias preciosa.
ResponderEliminarUn día precioso, sin monotonía y con uno de estos encuentros preciosos... si es que lo necesitas, si no ... encuéntarte en el pasillo con tu chico y que él...te salve:-)
Muaaaaaaaaaaakss inmenso MIRULUZ... me voy flotando jajajaja... a currar.
Mariluz,tu historia es una realidad,que sucede todos los días...No hay nada casual,el destino está ahí,moviendo sus hilos para que unos y otros nos encontremos...
ResponderEliminar¡¡QUÉ MARAVILLA DE HISTORIA NOS DEJAS,NOS LLENA DE FUERZA Y ALIENTO...!!
Mi paloma llega a ti con su mensaje de esperanza y te deja un abrazo grande,grande amiga.
Gracias por tus excelentes posts y por SER Y ESTAR SIEMPRE.
QUE SEAS FELIZ.
HASTA PRONTO,AMIGA.
M.Jesús
Date cuenta de la importancia de romper la rutina. Siempre nos deparará una sorpresa, quizás por la sola razón de mirar y ver con otros ojos.
ResponderEliminarDe mi se apodera este diablillo pragmático, realista, insufrible que no puedo dominar y me dice: lo del lunes...lo del lunes ya es otra cosa y también será rutina
Lindo relato Mariluz un beso grande
Guauuuuuuu ¡Que bello...!
ResponderEliminarUhm, me encantan los cuentos con final feliz...
Un abrazo, amiga
Me ha encantado la historia y más teniendo un final feliz.
ResponderEliminarBesos.
A mi estas historias me pierden.
ResponderEliminarMe gusto mucho Mariluz.
Te dejo dos besos y un fuerte abrazo.
Seguro que conoces esta estadística: "en 2008, hubo 3.457 suicidios. Eso significa una media de nueve suicidios diarios. Llama la atención que de ese total, el 77,4% fueron hombres (2.676), frente a 781 mujeres".
ResponderEliminarlos hombres se suicidan y nosotras o las mujeres (hasta ahora no se me ha ocurrido suicidarme .........), lo intentan.
"Es verdad que los hombres se suicidan tres veces más que las mujeres, en España y en Europa, pero también se sabe que las mujeres intentan quitarse la vida tres veces más que los hombres porque viven con una presión tres veces superior".
pero tu maravilloso final lo arregla todo. También me encantó MariLuz.
un gusto leerte.
un abrazo
Me encantó, una no convencional escena para propiciar la restauración de la esperanza. Tu relato se puede utilizar de una forma que aborde distintos significados y que al final brinden una sonrisa de complicidad a la "casualidad", "causalidad" el "destino" o el azar.
ResponderEliminarSiempre es un placer mecerme entre los productos de tus trabajos creativos, querida amiga para vos un inmenso abrazo perfumado de cariño.