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Celso recorrió los pocos metros que le separaban del local nocturno, mirando a cada lado, en busca de un desahogo. Las luces de neón, con sus guiños, le mostraban siluetas inquietantes a ambos lados del camino. La vio enseguida. Con su paso provocador y altanero iba llenando los huecos de la acera -¿para quién, si no hay nadie?, pensó Celso-. Pero él no sabía que todo ese despliegue de osadía iba dirigida totalmente para atraer su atención; porque había sido percibido por su olor antes que visto por unos ojos amarillos, profundos y sin expresión que le estaban aguardando pacientemente. Muy pacientemente.
Una vez ante la puerta del local, observó tímidamente el caminar de la joven, pero ella parecía no estar interesada ya que lo dejó marchar sin disminuir un ápice su contoneo. Decepcionado, Celso siguió el destino que había trazado mentalmente: la barra del bar.
- Glenfiddish doble, por favor –pidió a la rubia escultural que se le acercó desde el fondo, con una sonrisa perfecta adornando su cara.
- ¡Vaya, parece que tienes un paladar caro! ¿cómo te llamas, guapo? –se escuchó desde el rincón oscuro de la barra, al tiempo que un leve siseo iba tomando volumen a su alrededor.
- Me llamo Celso y me gusta ver la cara de quien me habla.
- Mejor en otro momento. Yo no me muestro ante desconocidos, al menos hasta que no conozco ciertos detalles.
- Tengo todo el tiempo para darte todos los detalles que necesites –se sorprendió Celso diciéndole a la voz sin cuerpo. El siseo aumentaba y disminuía de intensidad según quién hablaba y qué decía; parecía más interesado en él porque cuando decía algo, apenas era audible.
- Pero a mi no me queda tiempo para dedicarte. Lo dejamos para otro día mejor.
Celso sintió la segunda decepción en la misma noche y una oleada de furia fue ganando terreno entre sus bien medidos movimientos. Pero tan rápida como se inició, murió en sus venas. El siseo que había crecido hasta niveles ensordecedores, cesó repentina y rotundamente. Una leve luz amarilla atravesó el salón desde la puerta de entrada. El monumento andante se le acercó lentamente y con la misma cadencia de caderas que derramaba en el exterior le embriagó todos sus sentidos.
El juego empezó en el mismo segundo que cruzaron sus miradas. La fuerza que se iba generando alrededor hacía temblar las pocas velas que iluminaban las mesas. El aire se paralizaba a cada parpadeo de ella y él –ardiendo de lascivia- secaba toda gota de sudor que le nacía en la frente.
- Gladys ponme lo mismo que al caballero.
El terciopelo de su voz le estremeció y deseó oír su nombre pronunciado por ella, ver su lengua rosada asomando al tiempo de modular la C y admirar el fruncimiento de sus labios –como para besar- al pronunciar la O.
- Celso.
- ¿Cómo dice?
- Perdone señorita… mi nombre es Celso.
- Atenas, encantada. Y espero no me dirás la bobada de ‘capital de Grecia’…
Celso se quedó paralizado porque justo eso era lo que iba a decir y se reconoció tan absurdo como alterado por sentir celos de quienes antes que él tuvieron oportunidad de sentir la caricia de su voz.
El siseo se hizo otra vez audible, mientras Atenas con elegantes movimientos tomó su mano y le acercó a su boca atrapando su lengua y dejándose atrapar por la de él. Celso dejó de respirar. El suelo desapareció literalmente bajo sus pies. Y al abrir los ojos se encontró sobre un lecho húmedo y caliente de humores varios. Atenas yacía a su lado. Dormida. Desmadejada y rendida. Los ojos de un extraño amarillo –gracias a unas lentillas ‘ojos de gato’- permanecían fijos en el techo de la habitación. Sin brillo. Y en sus labios el rictus de la sorpresa. Sin respiración. Sin latidos. Sin vida.
Celso se incorporó de la cama, cubierto de escamas transparentes, verdes y tornasoladas. Con un ágil movimiento las desprendió todas, tomó su ropa para vestirse y el siseo que había desaparecido volvió a llenar el silencio de la estancia. Pero esta vez era más intenso y ensordecedor. Con los tímpanos heridos alargó el brazo, manoteando en el aire…
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Se despertó cubierto en sudor. Otra vez el despertador le había liberado de una nueva pesadilla. Debía encontrar explicación a sus sueños. Tan reales. Tan vívidos. Abrió el grifo de la ducha al tiempo que veía caer una escama verdosa y deslizarse por el desagüe, con las primeras ráfagas de agua fría…
(MariluzGH)
Nota: Incubus=pesadilla en latín
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La imagen estaba en la red, si es de tu propiedad y no consideras oportuno verla en este blog avísame y será retirada de inmediato.
Buen relato Mariluz, tenebroso..jejeje. Un beso
ResponderEliminarAlucinante: me hiciste temblar!
ResponderEliminarMil besos y feliz finde libre de pesadillas :)
=) HUMO
NO CONOCÍA ESTA FACETA DE TU PLUMA, MUY IMPRESIONANTE AMIGA MIA, GENIAL.
ResponderEliminarESCRIBE OTRO MARILUZ, SALUDOS AMIGA MIA
¡Qué bien escrito! Te felicito y quiero más. Buenísimo, llevado paso a paso, sin perder la intensidad del relato, con descripciones muy literarias pero no vanidosas, con humor. En fin, que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos miles,
Eres polifacética en estos de las letras...se me han puesto los pelillos de punta...y la verdad es fascinante amiga...muy bien escrito...besitos y abrazos...
ResponderEliminarIngenioso y terrificante, sabes como concluirlo sin que pierda la sopresa.
ResponderEliminarEnhorabuena, Mariluz.
Un abrazo y un beso.
Leo
EXCELENTÍSIMO RELATO, MUY ATRACTIVO Y MISTERIOSOS.
ResponderEliminarBESOS
Hola Mariluz,me ha gustado mucho este interesante relato.....escribes genial!
ResponderEliminarUn abrazo!
Isabel.
Diantres, amiga, ¿que habias desayunado el dia que escribiste esto?
ResponderEliminarEs magnifico... Un relato potentisimo... Me encantó...
Un abrazo fuerte
(me pequeña impresión -espero que no te moleste-: tienes que alternar poema/relato, poema/relato).
ResponderEliminarMe encantó, a la vez que seducian tus palabras, la recreación de tus imágenes, la sensación de deseo/dolor... hoy estoy de sábado (jajaja) de ahí este comentario tonto...
pero sin duda, me gustó mucho esta lectura, MariLuz.
un abrazo y que disfrutes de este fin de semana.
Genial, amiga
ResponderEliminarMe ha enganchado de principio a fin.
Te felicito.
Abrazos y feliz finde
;)
Siempre estupendos los post que nos dejas. Un placer poder volver por tu casa de nuevo.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Guauuuuuuuuu, absolutamente genial tu relato... no he podido parar de leer hasta el final, ahora veremos si no tengo yo pesadillas esta noche, ja ja ja.
ResponderEliminarPreciosa, mi bitacora está como parada, pero es que hay problemas internos del servidor de allá y por no ponerme de los nervios estoy medio tomándome unas vacaciones.
Besos y buen fin de semana ;)
Atrapante tu relato, Mariluz! Un juego de palabras, emociones y sensaciones!
ResponderEliminarMe encanta leerte...y siempre me sorprendes gratamente!
Beso enorme!!!!
FASCINANTE!!!, me ha encantado!, gracias por regalarnos la sensación de vértigo y deseo, y viceversa.
ResponderEliminarUn abrazo y tres besos querida amiga!
Hola amiga Mariluz, me encanto leer tu post.
ResponderEliminarGenial , genial.
Un placer visitar tu casa y dejar mi huella amiga.
Feliz domingo.
Besos de luz y de color.
No me extraña el despertar de Celso. Las pesadillas son tan verdaderamente reales que los segundos siguientes al despertar son los más terribles. Los segundos que tardas en reubicarte en los límites tremendos, casi inhumanos, en el filo de la planicie de la vida onírica y la sima abismal de la realidad.
ResponderEliminarAy Mariluz!!! no me esperaba esto!!! da miedo!!!!
ResponderEliminarMe encanto!!! un beso
Celso está mudando de piel.
ResponderEliminarBuena introducción y ambientación. Nos haces serpentear por el sueño :-)
Yo que él no me asustaría, los griegos relacionaban la serpiente con rejuvenecer. De ahí que esté en el símbolo de Farmacia.
Muchos besos
ResponderEliminarQue he regresado es evidente, y que traigo el baúl cargado de ilusiones para unos cuantos días también es un pensamiento acertado...
Pero siempre se queda otro deseo en espera, y es la tentación de pasar por este espacio para satisfacerme de las letras y su contenido, siendo dejadas como aportación de ideas y creando un puente de amistad entre los amig@s, permitiendo pleno derecho a los sentimientos...
Y eso me estaba esperando cada día recordándome que el tiempo es la madre del olvido, pero en esta ocasión se equivocaba, se equivocaba...
Brindo por estar un día más a tu lado!!
María del Carmen
Hola Mariluz! excelente tu relato; me atrapo su argumento y ese auerea fantasmal. Gracias un placer...
ResponderEliminarUn abrazo y encantado de pasar.
Jopé, niña, que se me han puesto los pelos de punta.
ResponderEliminarEs un relato que atrapa de principio a fin, vamos, un pedazo de relato. Te felicito
Besos
Poderoso relato, por favor sigue mezclando relatos con poemas, resulta una combinación muy atractiva.
ResponderEliminarGracias
Eres preciosa ,y como los buenos vinos una gran reserva.Un beso bonica
ResponderEliminarJolín... Menos mal que aún no me voy a la cama...
ResponderEliminar¡Pero qué bien escrito está!. Me atrapó desde la primera palabra.
Besos y abrazos. Miles.
Mala idea leer esto en plena madrugada antes de irme a dormir. ¡Jajajaja!. Amiga, redundaré porque no tengo otra forma de decir lo bien que escribís y hacéis morder los labios de los nervios que causa. Me ha encantado. Besos inmensos.
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