Interesados enviar CV a la Calle de Alfonsina, s/n., al departamento de RRHH"
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Me pondré el traje de chaqueta marrón y los tacones -a juego- de media altura, no sea que tenga muchas escaleras y me deje los dientes en algún escalón.
Pues estoy nerviosa, ¿te lo crees?, tanto tiempo sin trabajar y con mi edad... pero, parece que les gustó mi historial, así que deja ya de pensar en una broma o una equivocación... el sobre tiene mi nombre y dirección, la carta trae adjunto una copia de mi currículum con el estampillado, en rojo, de "APTO". Así que soy apta, capacitada para sus necesidades... Lo más raro es que quieren que lleve una maleta con todo lo necesario para viajar al extranjero, pasaporte sobre todo.
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¡Oh, se ha abierto sola la puerta! debe tener un sensor o estaban avisados de mi llegada. Estoy mareada, la sensación de vértigo es brutal y mis pies... los siento como si no tuviesen suelo debajo...
Abro los ojos y, más adaptados a la penumbra, recupero el aliento al ver el ir y venir de personas por el enorme hall. El miedo al fracaso me ha jugado una mala pasada, seguro.
Ya estoy dentro y tengo instrucciones precisas de hacia dónde dirigir mis pasos. Me cruzo con señores trajeados y maletines de piel en las manos, señoras elegantísimas y bellas que van dictando algún memorando o dando instrucciones de trabajo a través del móvil. No reparan en mi y yo me aparto de sus recorridos para no chocar.
Por fin encuentro la puerta ¡y ya han rotulado mi nombre!... Ya estoy dentro (¿pero quién ha abierto la puerta si no es corredera ni de cristal?... -calla, deja los nervios, habrás sido tú misma, boba). Mi vista abarca una sala con doce mesas, sin muros ni paneles de separación, perfectamente alineadas, ocupadas tanto por chicos como por chicas elegantemente vestidos y perfumados (demasiado diría yo), que han cesado su silencioso trabajo y me han sonreído, dando la bienvenida. Uno de ellos se me acerca, coge con delicadeza el maletín de mi mano y me dice:
- ¿se encuentra bien?... ¿un poco mareada, tal vez?... no se preocupe, son los síntomas lógicos de la primera vez; en seguida se habituará. Es el cambio tan brusco, demasiadas imágenes a gran velocidad ¿verdad?
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- ¡Señora... señora!
Aún respira, aunque tiene el pulso muy débil... ¡Llamad a una ambulancia, a ésta la hemos cogido a tiempo!
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Me hundo, no es una sensación... ¡realmente el suelo ha desaparecido bajo mis pies!!... ¡¡¡y la casa, ¿dónde está la casa?!!!
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- Mire inspector, también lleva un periódico con ese extraño anuncio.
(MariluzGH)
Me gustó el relato o sueño. Es encantador el placer que se siente entrar en este tu blog, música selecta. Ambiente acogedor, gracias mi querida Mariluz
ResponderEliminarGracias a ti Benchi... la verdad es que el relato lo soñé tal cual (y eso que nunca recuerdo lo que sueño, deben ser esas musas extrañas que me rodean a veces).
ResponderEliminarabrazo y buen finde, guapa
¡Que intrigante sueño!
ResponderEliminarA los inquilinos de esa casa, no les resultaba extraño tu desvanecimiento. Ya había ocurrido antes a otras personas, aunque con peor suerte.
¡Esta situación laboral tan catastrófica, es capaz de producir las peores pesadillas! :(
Me ha gustado leer tu subconsciente :)
Muchos abrazos grandes.
Uyyyy... que bellisimo! Sentí el vértigo, la realidad y el desvanecimiento. Sentí el despertar.
ResponderEliminarMil besos.
PEDAZO DE POST más entretenido te has escrito esta vez.
ResponderEliminarLo vi todo, era una cámara moviéndome de lado, detrás, desde arriba o paneando cada movimiento.
Me gustó mucho, hasta ahora uno de los que más me ha gustado sabés.
Buen inicio y cierre.
:) :) :) :) :) (5)
Un abrazo fuerte.
Saluditos al ladito.
Caracola, Cass, Nat... me alegra que os haya gustado :) estoy experimentando con nuevos estilos y -aprovechando un sueño- salió este cuento de 'supuesto' suspense :)
ResponderEliminarbesos a todas y buen fin de semana
Siempre un placer por aquí.
ResponderEliminarPasa un buen fin de semana.
Saludos y un abrazo.
vaya sueños no pesadillas aquella casa te llamaba en sueños y sus inquilinos algo distraidos en el tiempo pues ni la casa ni ellos existian eran parte de lo etereo que domina el universo besitos gaviota
ResponderEliminarLa ilusión, dicen que puede ser un sueño diurno y soñar no hace daño.
ResponderEliminarMe ha gustado tu historia y también descubrir tu sitio, si me permites vuelvo.
Saluditos de mi mundo al tuyo.
¿Por qué no podría ser real?, ¿por qué según lo leía sospechaba lo peor, desconfiaba?, ¿es que los buenos trabajos, con buenos ambientes y compañeros, no son posibles?
ResponderEliminarHay cosas que deberían ser más sencillas...
Enhorabuena por el relato.
Un abrazo,
Ricardo
Los sueños estan en nuestro inconsciente.
ResponderEliminarTe quedó genial este cuento.
Un beso.
Mari Luz de mi vida... los sueños son sueños y a veces se cumplen... aunque los de la faena soñada parace que nunca... pero el sueño....
ResponderEliminar¡el sueño eres tu!!! que quitas toas las tapaeras del sentio...
y lo digo yoooooooo
¡ ole tu !!!
Siento mi retraso, pero no sé cómo no me di cuenta antes de este relato tan original y bien escrito. Me gustó mucho, tanto la singularidad del texto, es diferente como los distintos momentos en los que va describiendo la falsa realidad que ella encontraba al entrar en la casa o edificio que ella creía ver, hasta el final tan inesperado.
ResponderEliminarUn placer.
saludos.
La realidad siempre supera a la ficción... estupendo el relato...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Espero que todo te vaya bien, Mariluz. En tres o cuatro días vuelvo. Tengo deberes. Muchos.
ResponderEliminarUn beso, amiga.
Excelente, estimada amiga. Tan descriptivo y sensitivo, haces del personaje una amalgama de realidad.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso. siempre es grato nadar por aquí.
Debe ser que subconsciente delata tu temor a encontrar un trabajo :-)
ResponderEliminarbueno practicar con los sueños Mariluz
un abrazo