El escaparate

Ella miraba el escaparate, extasiada, y él la miraba a ella. La luz difusa dibujaba su cuello y recortaba el rostro, robando el brillo de su mirada. No tenía noción del tiempo, la visión era demasiado atractiva para pensar en nimiedades. Él pensaba lo mismo observando el arco de su cuello esbelto y grácil como una jirafa, expuesta a sus ojos invitando a olerlo y absorber sus perfumes... insistente llamada sin respuesta... era la primera vez que le ocurría, en otro momento y con otra mujer ya hubiese atacado sin posibilidad de rechazo, pero ella... ella es diferente: no quiere nada de él, no pide, no lo escucha, no lo mira... sigue pendiente de ese Miu Miu de precio absurdo: 1.735 € imposibles a las posibilidades de ella, pero una bagatela para él.

- Señorita, si me lo permite, yo podría satisfacer sus anhelos sin coste alguno por su parte (bueno, eso no es del todo cierto, piensa él).
- ¿Cómo dice, caballero? ¡yo soy una dama!
- ¡Por supuesto, señorita, no lo pongo en duda! pero para mi sería una satisfacción verla enfundada en esas golondrinas rojas, moldeando su cuerpo y dejando volar el cuello al viento... su hermoso cuello merece ser lucido acompañado de un hermoso vestido.

Ella entorna los párpados, sonríe levemente -consciente de lo atractivo de su gesto- y se acerca a él sin recato ni miedo al después. Su mano leve y suave le aparta las gafas de los ojos y en un giro imposible le atrae hasta sus labios consiguiendo así que el primer rayo de sol impacte directamente en sus ojos.

El estallido es instantáneo... millones de partículas se esparcen, interponiéndose entre su cuerpo y el escaparate, mientras el traje de Corneliani -vacío y sin habitante- va cayendo lentamente al suelo sobre los zapatos acharolados.

Con un suspiro se agacha a recoger la cartera para averiguar el nombre, mientras va pensando que, efectivamente, era un caballero y con mucha experiencia, pero... ¡ella seguía siendo la mejor cazavampiros!

Éste relato ha participado en el III Encuentro Internacional "Las letras de La Posada" de Montellano (Sevilla) el 13 de agosto de 2011