29 de marzo de 2009

La gota


Alzó la mirada
y en el breve camino hasta su rostro,
se detuvo en la gota, demorada
en el vértice del labio.

Estallido de vidrios en el pecho,
el pulso detenido sobre el gesto perplejo.

Tras el instante quieto,
latir vertiginoso de la sangre.


La transparencia púrpura
se destempló un segundo
y en sensual serpenteo,
se deslizó despacio…
por la piel trasnochada
de aquel labio.

Blanca paloma, la pequeña mano,
en un suave aletear llegó a la boca
y en un gesto sutil, como al descuido,
recogió el dedo la purpúrea gota.

La gota temblorosa
de fragante vino
fue a sus ojos
cual sangre en blanco lirio
y fue a su corazón punzante espino.

(Julia Cerles)

4 comentarios:

  1. Hola Mariluz ¡¡Otro gran acierto!!
    La poesía de Julia no tiene desperdicio, es una fuente inagotable de belleza espiritual, que sabe volcar acertadamente en sus letras. "La gota temblorosa
    de fragante vino".
    Perfectamente ilustrada.
    ¿Qué puedo decir?...¡Me siento feliz!
    Un abrazo muy fuerte a las dos...
    Susana........

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  2. :-))) me miaas mucho, Susana. Gracias a ti. Besos

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  3. Una gota que quiso pasar inadvertida,
    quizás de un dolor profundo, o una profunda alegría.
    bonitos versos

    saludos Mariluz

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  4. Ciertamente son muy hermosos los versos de Julia :-)
    Muchas gracias por la visita, Pedro :-)

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