La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp Rembrandt van Rijn, 1632 Mauritshuis, La Haya |
Buscáis en el lugar equivocado;
no es un apéndice extirpable,
tampoco un ganglio mal formado;
ni siquiera una válvula obstruida del corazón.
La tristeza es la espina del amor.
(MariluzGH)
En que momento Mariluz...en que momento me aleccionas con este descubrimiento, hoy hubiera preferido la ignorancia.
ResponderEliminarBello muy bello, un beso
Querida Carolina hagamos, pues, como que no he dicho nada.
EliminarDos besos para ti que conjuren las espinas
Que no puede quitarse con pinzas...
ResponderEliminarni limar las puntas...
Eliminarabrazos libres de espinas
PROFUNDAS, MUY INTERIORES LETRAS!!!
ResponderEliminarUN ABRAZO
Profundo el dolor que provocan, amigo poeta
EliminarUn abrazo :)
Y cómo punza...
ResponderEliminarAbresos +++
Demasiado :(
EliminarA miles para ti :)
Una espina de siete púas... Por lo menos.
ResponderEliminarMuy bueno
Besos
¡Por lo menos, querida poeta!
EliminarBesos
Se podría decir más alto, pero no más claro.
ResponderEliminarQué razón llevan tus palabras.
Un gusto compartirlas.
Abrazos
Abrazos para ti Montse, gracias :)
EliminarMe gusta el enfoque poético que le has dado a esta obra de Arte,tu propia interpretación,sabia y humana.
ResponderEliminarUn beso.
Tal vez me dejé llevar por lo que hablamos en tu taller sobre la interpretación personal de cada obra que vemos :)
EliminarBeso, compi
Sabías palabras, querida amiga con un colofón insospechado y tan, tan real.
ResponderEliminarAbrazos por dos.
La experiencia hace sabios dicen los que realmente saben, querida Beatriz
Eliminarmás dos
Tengo mucha familia de pescadores y pescateras. Me encanta el pescado, pero de niño estaba harto de tanto que comía. Cuando los otros niños me decían que tampoco les gustaba, pero por las espinas, les llamaba "milindris" ("melindres" a mala leche) y me entendían.
ResponderEliminarLas espinas se comen si son pequeñas y si no se apartan. Cuando no la ves y se te atraviesa, carraspeas... y si todavía no... te metes los dedos y la sacas... que llegas. Mi mamá me sonreía aunque mi papá no sé que le gritaba, y yo feliz, porque al Nesquick calentito pasaba.
Moraleja: La felicidad es la espina del amor.
Me gusta cuando le das la vuelta a las cosas bixen...
Eliminarpor cierto, yo como el boquerón sin quitar las espinas; pero es el único pescado que me verás comer en público ;)
abrazo sin moraleja
No se ve, pero duele que no veas.
ResponderEliminarEspina, estela, huella..., siempre está ahí para nuestro fastidio.
Un abrazo grandote, Mariluz.
La experiencia habla por nuestras palabras, por lo que veo...
EliminarGrande para ti Isabel :)
Sólo me queda decirte: soberbio! Y me sumo a las palabras de Isabel: no se ve, pero duele que no veas.
ResponderEliminarUn abrazo gigante :)
Alegría de verte Edu. ¡Gracias!
Eliminargigante para ti... que te repongas pronto