Hay perros
que mueren de la muerte de su amo
cuerpos que no hacen el amor,
hacen el miedo
que no se agitan,
tiemblan.
Y hay hombres
en los que muere dios
como una gota de lacre
sobre el pecho
de un torso de mármol,
son los que lloran cuando creen
estar hablando,
o gritan soñando, pero al alba
olvidan el grito
con que encendieron la noche.
Hay hombres en los que gime dios
por no encontrar un hombre
donde morir de carne,
pero no llora como quien lo hace
solo,
llora como quien llora abrazado a un niño.
(Hugo Mujica 1942)
Me gusta porque siempre me haces conocer un autor nuevo. Este poema es un poco electrizante pero bello a la vez.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta precisamente por eso, Anna. :-)Así como indagar, buscar poetas y voces nuevas para mi y compartir con quien quiera visitarme.
ResponderEliminarDos abrazos
Hola querida Mariluz, ya estoy de vuelta ahí más o menos... Espero estés muy bien. Te dejo un abrazote, cuidate mucho.
ResponderEliminarHooola Natalia, bienvuelta a éste -tu rincón- poeta.
ResponderEliminarMe cuido :-) y tú ¿vale?
Abrazos