A cada paso ascendente clavaba una nueva cuña más firme y profunda que la anterior para asegurar su peso y no caer al vacío. En el silencio de las alturas el golpe del piolet sonaba enérgico y un leve crujido acompañaba cada pisada. La roca se estremecía y él con ella -pero de satisfacción y poder. La cima, cada vez más próxima, invitaba a no mirar atrás, a no desfallecer. Un último esfuerzo, una cuña más, un nuevo lamento de la montaña y estaría coronando la meta de su vida.
Al llegar arriba, en lugar de agacharse a besar la tierra y la roca, agradecido, se irguió como un oso y levantando los brazos al cielo fijó la vista en la inmensidad que se mostraba ante sus ojos. La euforia casi no le deja oír una voz débil, pero firme, que le dice:
-¿Estás seguro de que era imprescindible ocasionarme tanto dolor clavando estacas en mi piel?... ¿no podías haber subido por tus propios medios físicos y así sentirte ahora más humano?
-En la montaña, como en la vida, hay que tomar todas las precauciones para avanzar con seguridad y sin riesgos innecesarios -se oyó a sí mismo responder a la voz que se había materializado en un anciano de cara tostada y pelo blanco.
-¿Sin riesgos y con seguridad?... para ti, ¡claro!, sin importar el daño que inflijas a los demás.
»Así ha avanzado la gente como tu a lo largo de los siglos: pisoteando los cuerpos que os encontráis en el camino a vuestra particular ascensión política, cultural, artística, profesional... clavando estacas para "avanzar con seguridad y sin riesgos", sin mirar a donde y a quienes las claváis. ¡¡Así va el mundo!!
Y desapareció entre un cúmulo de nubes que se había formado en la corona de la montaña. El escalador, alzó los hombros y decidió que había padecido una alucinación provocada por el mal de altura.
Miró alrededor y todo estaba en su sitio. Él era el nuevo Director General. Descolgó el teléfono y dijo a su secretaria:
-Sonsoles ya puede retirar firmadas las nuevas normas de despido para la oficina gestora; los recortes en los gastos de alimentación del comedor social y los cheques para pagar las facturas de mi esposa. Esta última partida recuerde incluirla en gastos de representación, para reducir beneficios. Y anule todas las citas, hoy tengo torneo de golf.
(MariluzGH)